Orlando Riquelme
MJD-Concepción
La mañana sub. siguiente, ni una lágrima atravesaba su rosada tez, llena de luminosidad, mucho más grande que la de mis propias alas, la de mi propia luz, mi cuerpo verdadero. Me siguió hasta el camino de la vida, en un completo estado de reflexión, ni una palabra salía de su pasiva voz joven, ¿cómo alguien con pecado pudo tener el don del espíritu santo?, verdaderamente ella nació con esta misión, estuvo con la palabra del señor desde que su conciencia llegó a este mundo, ella es María, la cual fue la más fiel de todas, llena de amor, y una paz que llegaría hasta su otra vida; realmente ella merecía este gran don.
El tercer día la seguí hasta la tumba, la vi orar como todos los días, junto a dos mujeres más, después me acerqué a ella y descubrí su sufrimiento escondido. En la tumba divisó una persona , se acercó, miró directamente a sus ojos, y vio a Jesús, su hijo , el cual había resucitado, yo aproveché este momento de gran admiración, amor y sorpresa, para revelarme como agricultor cercano, que tendría que dar aviso a algún visitante sobre la vuelta a la vida física humana del Señor.
2 comentarios:
q lindo escribes...
Un cuento...algo criptico en algunos pasajes...pero bonito...
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