martes, 25 de septiembre de 2007

La Familia Dominicana en el Patio 29



"La Justicia y la Paz
se han abrazado;
de la tierra
está brotando
la Verdad"

Son alrededor de las 10:30 de mañana del domingo 23 de septiembre y un grupo cercano a las 100 personas avanza lentamente por el interior del Cementerio General del Santiago, luego de que antes se reunieran en el Memorial del Detenido-desaparecido y del Ejecutado Político. El destino de este grupo de personas, todas vinculadas a la espiritualidad dominicana en su calidad de religiosos, religiosas, laicos y laicas, tiene por objetivo en esta oportunidad celebrar una eucaristía en el Patio 29 del mencionado cementerio capitalino. El canto de quienes se han congregado se mezcla a ratos con el trinar de las aves y el ruido de las micros que va haciéndose cada vez más distante.

Se da inicio a la eucaristía en medio de las cruces negrioxidadas que señalan el sitio en que fueron puestos los ejecutados por el régimen militar. Varias de las cruces llevan en letras blancas el nombre de la persona muerta y otras sólo llevan el título "N.N."; así es como se pretendió ocultar sus identidades y cubrir con un manto de olvido los graves crímenes cometidos.

Los dominicos y dominicas siguen cantando y haciendo oración, al momento que la Palabra de Dios viene a hacerse presente en medio de ellos. Es Jesús al momento de ser crucificado; acompañado por la Virgen María, María Magdalena y María Cleofás. Junto a El han crucificado a dos malhechores y han puesto un letrero en la parte superior de su cruz que dice: " El Rey de los judíos es este". Jesús entrega su madre al cuidado del "discípulo amado" y pide el perdón para quienes lo han puesto en esa situación tan dolorosa. Los soldados y los jefes de los sacerdotes se burlan de Él y uno de los malhechores lo increpa, mientras el otro sale en su defensa. Jesús le promete un lugar en el paraíso. Jesús de Nazaret, el "malhechor", vuelve a ser crucificado junto a quienes hoy yacen en el Patrio 29 del Cementerio General. ¿Cuántos de estos "malhechores" se encuentran hoy en el paraíso?

Luego en el pan y el vino nos hacemos uno en Cristo y por Cristo, nos hacemos iglesia y hermanos por encima de las diferencias. Dos mujeres Familiares de Detenidos-desaparecidos cantan exigiendo verdad y justicia, es un momento que sobrecoge.

El signo de poner una cinta blanco y negro sobre cada una de las cruces marca el final de la eucaristía. Las cruces parecen despedirse de nosotros agitando sus lienzos. "No los olvidaremos", parecen decirnos. "Ni nosotros tampoco", vamos respondiendo en silencio mientras nos alejamos, con menos temor y más convicción acerca de los desafíos a enfrentar en la promoción de la Justicia y la Paz.

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